Cien lances de jiu-jitsu

cien lances de jiu-jitsu ataque y defensa sin armas tapa de libro Emilio Andre

“El jiu-jitsu –nombre ortografiado a la inglesa y que debe pronunciarse djiu-djitts’, eludiendo la u final– ha caído en gracia; su rareza misma ha contribuído al éxito del método”. Así comienza la aleccionadora obra de Emile André: Cien lances de jiu-jitsu. Triunfo de la destreza y la habilidad sobre la fuerza bruta.

A juzgar por la tapa este libro bien podría ser un manual práctico de ataque y defensa sin armas para agentes y espías durante la guerra fría. La edición es de 1969 y me atrevo a decir que la ilustración de tapa (que firma Matesanz) fue actualizada a los tiempos de la impresión, dado que las del interior parecen algo más antiguas.

Como es habitual en estos textos la abundante cantidad de frases de colección y las ilustraciones, toscas e imprecisas en su totalidad, le confieren el halo de libro de culto. Nótese que el jiu-jitsu se practica de elegante etiqueta. Mientras que el noble practicante luce sombrero, el atormentado oponente lleva gorra propia de un rufián, malechor, caco o criminal de barrios bajos. 

Emile André: Cien lances de jiu-jitsu. Triunfo de la destreza y la habilidad sobre la fuerza bruta.
La zancadilla es cultivada con esmero. ¡Qué poético!
Emile André: Cien lances de jiu-jitsu. Triunfo de la destreza y la habilidad sobre la fuerza bruta.
Emile André: Cien lances de jiu-jitsu. Triunfo de la destreza y la habilidad sobre la fuerza bruta.
Emile André: Cien lances de jiu-jitsu. Triunfo de la destreza y la habilidad sobre la fuerza bruta.
Emile André: Cien lances de jiu-jitsu. Triunfo de la destreza y la habilidad sobre la fuerza bruta.
Emile André: Cien lances de jiu-jitsu. Triunfo de la destreza y la habilidad sobre la fuerza bruta.