Estas son las estampillas acerca de los accidentes que comentaba en el post anterior. Son de Alemania Occidental y se emitieron por primera vez en 1971, la traducción de jederzeit sicherheit vendría a ser algo así como seguridad en todo momento. No pude encontrar quién fue el autor de las mismas, si alguien conoce este dato puede hacérmelo llegar a info(at)blaunt(dot)com.
Ahora, permítanme dejar de lado el conocimiento enciclopédico y enfocarme en lo verdaderamente fascinante de estos sellos. De niño me gustaban porque eran simples y coloridos, para mí representaban el concepto mismo de modernidad. Imaginen que en la gran mayoría de estampillas de mi colección solo aparecían viejos con cara de ortiba que no podían ser otra cosa que próceres, reyes y reinas. Las estampillas eran, a mi entender, algo relacionado con el pasado. No ocurría lo mismo con estas que justamente tenían toda la pinta de ser bien del presente (el de aquel entonces, 1970-1975). Como dije antes, me atraían por sus colores y por la sencillez del diseño, esto podía entenderlo; lo que me hacía ruido era el valor que los alemanes le habían adjudicado a cada uno de ellos. ¿Por qué la estampilla de cortarse la mano era de menor valor que la de pisar un clavo cuando el daño producido por lo primero es mucho más tremebundo que el producido por lo segundo?
No cabe duda de que si se te cae una caja del tamaño de la de 100 seguramente vas derecho a la cementera, es lógico que sea la estampilla más cara. Otro conflicto se me presentaba entre la del porrazo de la escalera, el ladrillazo en la cabeza y el enchufe pelado. La más barata tenía que ser la del enchufe, después de todo nadie sale herido (al menos no se lo ve en el sello) y por mi parte prefiero que me caiga un ladrillo en la cabeza mientras lleve puesto un casco a caerme de la escalera cabeza para abajo. La del posible atropellamiento por jugar a la pelota en la vía pública siempre me pareció de un valor correcto. Así me devanaba los sesos tratando de encontrarles la lógica y la correcta relación entre valor y daño producido. Será por eso que las recuerdo tanto. Hoy, mientras buscaba data en la web para este post, me encontré con una de 25 que no tengo, se trata de un auto volcado al parecer porque el conductor ha bebido más de la cuenta.